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lunes, abril 11, 2005

La letra menuda del contrato

Cuando hace unos días salió la noticia de los soldados norteamericanos que fueron capturados por transportar 16 kilos de coca en un avión militar no me sorprendí para nada, y al otro día me había olvidado completamente del asunto, no es la primera vez que pasa ni será la última.

Cuando empezó el Plan Colombia en el año 2000 fue capturada la esposa del comandante de operaciones contra el narcotráfico del ejército norteamericano en Colombia con un cargamento de cocaína y heroína valorizado en 700,000 dólares camuflado entre su valija diplomática. A pesar de la magnitud de este hecho no solo por la cantidad de droga sino por implicar a alguien de tan alto rango la señora solo recibió una pena de 5 años de cárcel, su esposo fue condenado a 5 meses pero por el lavado 25,000 dólares.

En esa oportunidad me pareció que había quedado completamente claro para todos que las reglas y los castigos por narcotráfico son diferentes para colombianos y norteamericanos, por eso es que me extraña que ahora con el caso de los 5 soldados algunos de nuestros senadores pretendan que Colombia los pueda pedir en extradición porque el delito fue cometido en el país.

Como parte del Plan Colombia se han recibido alrededor de 3,000 millones de dólares, ni el mas ingenuo de nosotros creería que toda esa plata nos la giran sin condiciones y solo para colaborarnos en la lucha contra el "flagelo" de la droga, incluso una de esas partidas presupuestales estuvo peligrando porque el gobierno colombiano no había firmado una salvaguardia adicional para proteger a los ciudadanos norteamericanos de cualquier proceso o demanda ante la corte penal internacional.

Todo este episodio me recuerda lo que le sucedió a una linda joven hace un año y medio en Cartagena, a la cual le presentaron a unos señores muy amables, quienes le hicieron un costoso regalo y la invitaron a pasear de un día para otro a una cabaña en las islas del rosario. Por la noche en un cuarto de entregaron $300,000 para que se acostara con ellos, asustada y horrorizada se puso a llorar, a decirles que ella no era de esas, que no le hicieran nada, que ella se quería ir, siendo tan de buenas que al otro día pudo salir de regreso en una lancha sin que le pasara mayor cosa.

Ese tipo de ingenuidad uno hasta se la pasa a una joven como ella, pero a los congresistas de nuestro país?

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